Que sabrá Bécquer del amor, si jamás te contempló dormida mientras titubeabas palabras. Mientras la luz apenas te ilumina y la luna se oculta bajo tus pupilas. Que sabrán del amor si nunca vieron como agarrabas la taza de té, mirando la nada. En tanto el vapor, los lentes te empañaba. Que sabrá la primavera sobre estar enamorado, si yo te conocí en otoño cuando hacía frío mientras el viento soplaba y buscabas mi abrigo. Y hoy al mismo tiempo que las estrellas se hacen luz en los lunares de tu ombligo. Puedo decir que hoy es noviembre y te amo, y ya no hace tanto frío.
Escribo porque amo
Porque cuando escribo Siempre es con la esperanza de que me leas o respondas. Y esa es la verdad de mi poesia. Estas tragicas letras solo nacen de esa pequeña esperanza. Que es su motor y su muerte. Porque se que nunca me lees Pero alli van estas letras ciegas a su suicidio. Ciegas por amor y dolor. Pero sobre todo por amor. Escribir esto Es mi muerte dulce y triste. Mi camino hacia el abismo Contemplando el paisaje.
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