¿Hacia donde vuelan las mariposas cuando tienen miedo?

No niego que puede ser que las nubes estén hechas tan solo de cartón. Que no exista un más alla, y que nos tengamos que remitir tan solo a este presente concreto, a este mundo sin hasta donde. Que tal vez los te quiero sé tornen aburridos, que tal vez la monotonía nos gane está mano. Lo único de lo que puedo asegurarme, amor mío, es que el infinito lo veo tan solo en tus ojos. Y que se me agota lo escéptica cuando me encuentro en tus brazos. Probablemente me cansé de este universo rutinario pero para entonces sabré, que el camino hacia mi hogar siempre va a ser por la ruta de tu piel

Tal vez seamos solo el viento que va consumiendo de a poco los cigarrillos encendidos. O tal vez, seamos la luz amarilla de los semáforos, a la espera de que avancen despacio sobre nuestros cuerpos,  anhelando que dejen su huella, que marquen nuestra acera helada. O tal vez somos solo almas, expectantes a que alguien nos ame. Que alguien rece por nosotros. Que alguien muera en el intento. 

Curiosas las palomas arrimándose en cada balcón del edificio. Uno queda contemplandolas como si buscará el motivo de sus actos, como si cada balcón que visitaran tuviera un fin específico. Y los balcones cambian, y las plantas que la gran mayoría conllevan también lo hacen. Crecen y mueren. Mientras que los balcones permanecen esperando que alguien venga a ocuparlos. Que otro los decore con flores o sillas, que otro fume en ellos, que se produzca nuevamente un entramado de relaciones, de momentos que siempre llevan a finalmente a abandonarlos por distintas razones. Como las palomas. Pero ellas siempre vuelven.

Bien sabes que él no tenerte cerca, me hace desearte. Que el extrañarte de esta manera, me condiciona a imaginarte recostada contemplando las luces que se prenden y se apagan. Las miras sabiendo que te estoy viendo, sabiendo que estoy expectante a tus gestos, a tu risa, a la forma en que achinas los ojos para entrever los destellos. Y me preguntas, inquieta, que tendrán algunas personas que a veces se transforman en solo luz. Me reí por la pregunta, como si me pareciera un poco boba en un principio. Atine entonces a sacar un papel y a dibujar cada rasgo de tu rostro. Cada lunar, cada cicatriz. Inclusive hasta tu boca con mueca de desconcierto. Me preguntas, muy confundida, que tiene que ver el dibujo con la pregunta. Por lo que te lo doy y  respondo, tienen a alguien como vos a su lado. 

Que sabrá Bécquer del amor, si jamás te contempló dormida mientras titubeabas palabras. Mientras la luz apenas te ilumina y la luna se oculta bajo tus pupilas. Que sabrán del amor si nunca vieron como agarrabas la taza de té, mirando la nada. En tanto el vapor, los lentes te empañaba. Que sabrá la primavera sobre estar enamorado, si yo te conocí en otoño cuando hacía frío mientras el viento soplaba y buscabas mi abrigo. Y hoy al mismo tiempo que las estrellas se hacen luz en los lunares de tu ombligo. Puedo decir que hoy es noviembre y te amo, y ya no hace tanto frío.

Tal vez la luna esté hecha de polvo de estrellas. Y el resurgir sea solo una forma de llegar a tu risa. Quizás el.objetivo no sea que tenga coherencia todo lo que digo, todo lo que te escribo. Porque no es la forma en que lo estoy diciendo, no es la lógica la que hace magico un momento. Sino justamente el vivir inmerso en la incertidumbre de lo no-logico, de lo que no te puedo explicar. Porque podría decirte que estás hermosa una madrugada mientras bebés un café. Pero aún así no alcanzaría, no llegaría siquiera al nudo del asunto. Porque te podría decir, que te cuides, que me avises cuando llegues. Pero no sería suficiente, no hay significante que simbolice lo que me haces sentir. No hay algoritmo que pueda representar la forma de tu cuerpo. Entonces quizás solamente me deje estar, inmersa, en tu pelo. Mientras no busco explicarte nada, mientras vos.me miras, y ya sabes de alguna forma, todo lo que siento.

Te encuentro tendida en la nada como un rascacielos. Y no dejo de pensar, que aun sin haberte conocido , aún sin siquiera habernos besado. Daría todo por esos ojos negros. Me tenes atada entre cielo y tierra, y a pesar de todo, no puedo dejarte ir. Porque en las montañas de tu pecho, en el amanecer de tu pelo. Me pude encontrar. Y no puedo hacer otra cosa que agradecerte, por aparecer en mi vida en forma de lluvia, para calarme cada uno de los huesos.

"Mi vida fue ver en una mujer a todas las mujeres del mundo". Mi vida fue verte allí desnuda y entender que el.paraiso puede encontrarse en una persona. Que los inviernos se inventaron con la excusa de abrigarme con tu piel. Que las comisuras que se te forman en la boca cuando sonreís, son mi poema favorito. Fue entender, que cuando se está tan cerca del amor, uno se muere de miedo. Mi vida fue verte, en esa esquina, mientras los planetas se chocaban y vos me mirabas con esos ojos llenos de polvo de estrellas.

Tengo tantas ganas de ser parte de vos. De que creemos historias escritas con el tinte de tus ojos. De que inventemos neologismos de la palabra amor. Y que la vida siempre nos encuentre a mitad de la risa, a mitad del abrazo. Quiero que el destino sonría cuando me vea a tu lado. Quiero entrelazarme en tu pelo, fundirme en tu nido. Quiero ponerle un nombre a cada uno de tus lunares, a cada uno de tus gestos. Tengo tantas ganas de que la nueva revolución sea en nuestra cama. 

En ese tumulto de gritos y platos por el aire.  En esa guerra constante,  llena de malentendidos  y puntos de desencuentro.  Te encontraba ahí tendida en la incertidumbre,  en la duda del ¿ y ahora que ?  Y odiaba con constancia mis enojos por nada,  mis planteos sin argumento.  Porque me quitaba tiempo tuyo,  porque eran demasiado largas las horas de tu ausencia.  Y ardidas en fuego, siempre nos terminabamos quemado.  Odiaba el fuego, el orgullo, a mi, y a vos.  Porque lo único que podía pensar es que   podríamos estar recostadas  mirando alguna estupida caricatura, riéndonos del techo.  Y en ese momento odiaba hasta escucharte reír.  Que idiota fui todo el tiempo que te mantuve lejos,  que idiotas los celos.  Y principalmente el ego  que nunca me deja ver todo lo que te amo. Todo lo que daría.  Si perdería todo por vos ,  si me estoy lanzando   ¿ por que dejar que el orgullo siempre gane las batallas ?  Entonces vos me volvés a mirar,  y me pones esos ojos de

¿Sabes una cosa Débora ?  Ni siquiera empezamos y ya me da miedo que se termine.  Porque descubrí que comencé a generar adicción por tu cuerpo.  Porque estoy segura que no soportaría la abstinencia de no verte en las mañanas,  De no agarrarte la mano,  de no encontrarte en mi almohada.  Temo que un dia, ya no me necesites.  Y que puedas encontrarté en otras personas,  en otros cuerpos.  Cuando yo solo puedo descubrirme en el tuyo.  Sé que en algún momento ya no vas a ser mía,  sé que te voy a perder.  Pero en el mientras, en el presente,  cuando dejo de ocuparme del futuro incierto.  Y me despertas con un beso mientras te quedas recostada a mi lado.  Sabes,  ya no tengo miedo,  ya se me van las dudas, las inseguridades.  Porque prefiero morir de amor ,  a no haberte conocido nunca.  Arriesgar todo a tus ojos, a tu boca, endeudarme con vos.  A no tenerte conmigo.  Entonces te regalo este presente incierto,  lleno de dudas y preocupaciones,  pero sobre todo..  ll

Ahora estás, recostada a mi lado. Y me cuesta creerte mía. Te veo tan hermosa, tan despreocupada y me agarra una presión intensa en el pecho. Como si después de tanto tiempo no supiera que hacer con tanto sentir. Vos siempre tan nube, blanca y dispersa, y yo eligiendo ser el cielo que se funde en vos. Sabiendo que cuando vos estás, cerca mío, ya nada puede hacernos caer. Que cuando tu piel se une con la mía, cuando ya no se distinguen los cuerpos, y el calor, y el sudor nos hacen una. Somos el sol.

En este momento no te encuentro. Me siento desconectada. Siento que te perdi. Sé que tenemos desencuentros continuos. Y me da tanto miedo la oscuridad que genera. Me da miedo no volver a encontrarte. Pero en ese momento encendes tu luz. Y te veo tan clara, y pareciera como si nunca te hubieras ido. Te iluminas cada vez más cuando te toco. Y en ese vaivén  de luz y oscuridad, ya no me da temor cuando oscureces. Ya comienzo a buscarte en la oscuridad. Y voy conociendo tus distintas caras. Tus distintas luces. Tus distintas sombras.  Y en ese encender y apagar, y en ese constante ir y venir. Te encuentro

Sácame todas las dudas con un beso. Entra en mi, cámbiame, hace que deje de tener miedo. Meceme en tu cuna, solo vos podés hacer que el dolor se pase. Solo vos podés suprimir toda angustia. Y la oscuridad se ve tan lejana ahora que sos mi luz. Y los cielos, los pájaros , los árboles no paran de gritar tu nombre. Me acuesto en tu brazos, y me hago pequeña. Y ya nada puede hacerme daño, mientras me meces en tu cuna, mientras me curas los miedos.

Te ( me ) encontré el mes de agosto, cuando todavía hacía frío. No hicieron falta siquiera las palabras. Ya te sentia vibrar en mi desde antes. Entonces me vino a la cabeza, como una especie de relampago, que un golpe de suerte debe ser toparme en todas las vidas con vos. Que las noches fueron inventadas solo para estar a tu lado, que el universo solo existió para ser mirado por tus ojos. Ya te conocía.. ya te había visto en otra vida. Ya te había amado. Comprendi en ese momento, mientras tocaba tu cuerpo, mientras olía tu pelo. Que quizas, las más intensas pasiones son las que se sienten con los ojos cerrados y que el mundo solo gira porque estás en el.

Atarme y desatarme de tu pelo. Anidado en canciones que nunca escribiste. En palabras que nunca me dijiste. Dejarme llevar por tu risa, por tu forma de ser. Navegar por las mareas de tus curvas y hundirme en ella. Oh, si solo te dieras cuenta... Lo que me pasa cuando te miro. Sabrías lo pérdida que estoy, te reirias de mi, como sueles hacerlo. Ni siquiera en el universo hay tantas estrellas como las que caben en tus ojos. Y ni siquiera en este poema cabe todo el amor que siento por vos. Lo mío va más allá, más allá de lo que podrian explicar todos los científicos. Va más allá de toda lógica, de toda física, de cualquier número. No puedo cuantificar lo que me haces sentir. Lo único concreto que podria decirte, es que en tus brazos nadie puede hacernos daño y que hasta el cielo festejo el día que nos encontramos.

Intento no pensar cuando escribo. Busco solo imaginarte y que el resto fluya. Trato de escribir sobre tu mirada, tu sonrisa, tu forma de correrte el flequillo de costado. Entonces me detengo, sonrió, pienso que de esto se debe tratar la felicidad. Que los poetas seguro se cansaron de escribir de amor, intentando explicar que era. Cuando no se dieron cuenta que el amor, no se puede escribir. Porque no alcanzan las palabras, no alcanzan las sílabas, ni las letras. Porque el amor no es tu cuerpo, ni tu pelo, ni tus ojos, ni tus manos. El amor sos vos cuando me miras, o cuando me abrazas mientras estamos acostadas y me pedis que te acaricie la espalda. El amor debes ser vos cuando pones tu cara de enojada, vos cuando lloras, sos vos cuando te mostras vulnerable pero también fuerte. O cuando me besas o cuando te pones de mal humor porque te sacudo cuando te despierto. El amor soy yo necesitando cada uno de tus instantes y tus gestos. A la espera de verte llegar con tus lentes de sol,  tus g

¿Cual es la lógica del amor? ¿Cual es la naturaleza del quererte ? Quererte mia y tuya. Quererte con o sin ropa. Quererte como se quieren los que mueren de amor.

Desnuda. Y no de ropa, sino de alma. Me arrancas la piel, a pedazos cuando vas entrando en mi. Es como si pudieras ver a través de mi. Como si realmente ahora estuviera indefensa, vulnerable ante tu risa, tu llanto, tu forma de mirarme. Y siento miedo, si miedo, impotencia. Me da hasta un poco de odio que puedas entrar así como si nada, sin permiso. Porque cuando me miras así, te estoy dando todo. El poder de hacer conmigo lo que quieras. Y no hablo solo de que puedas llegar a romperme el corazón, Débora vos podés llegar a quebrantar cada espacio de mi ser. Vos me arrasaste tan en lo profundo, te me metiste tan adentro que ya sos parte de mi. 

Obstinada pensé, ¿ porque no? Porque no arriesgarme a saborearte cada día, cada noche. Me encanta sentirte en mi cuerpo. Te siento en la sangre, en la carne misma. Vas entrando de a poco, sigilosa , para que no te oigan, ni se note como te disfruto. Y te miro, y me hundo en tus pensamientos, en tu forma de hablar, en tu risa. Me desvanezco y comienzo a escribir(te) tontas poesías.

¿Que hacemos que no estamos vos y yo abrazadas ? Aunque sea un segundo cada mes. Me alcanza con respirarte un minuto para sentirme completa. Tantas personas pasan, como si nada y vos.. seguís ahí. Como una mancha, como una marca en la piel. No te puedo quitar de mi. Es como si con el tiempo, fueras creciendo. Como si comenzarás de a poco a tatuar tu nombre. Tantas personas pasan y vos.. sos mi sombra, sos parte de mi. Tantas personas pasan y vos...

Sesenta segundos, solo un minuto le bastó para enamorarme. Ni siquiera la palabra fue la delincuente, sino su mirada, de ojos negros. Y pude darme cuenta, al verla, que ya estaba perdida. Que ya no había vuelta atrás. Tantas personas que a veces miramos sin que logren el mínimo efecto en nosotras. Y ella, con una sola mirada ¡zaz! Se llevó mis dudas y pensamientos, me dejó vacía y llena al mismo tiempo. Entonces me acerque a esa esquina donde estaba apoyada. La mire y le dije ¿Donde estuviste toda mi vida? Ella se rió, prendió un cigarrillo que tenía guardado en su bolsillo derecho. Y con seguridad me dijo, esperándote.

Siempre en mis vagos cálculos, termino cayendo en la cuenta de que te amo ( tanto) y me cuesta salir de vos. Salir de tu risa, y angustia. De tu forma de mirar. Porque a veces siento que somos solo una. Y que nadie nos puede entender. Todos lo ven de forma objetiva, y yo te veo tan tuya, tan mía. Y las personas pasan, ocupadas, mirando el piso, preocupados. Y vos a veces, cuando te miro, sos igual. Estás también preocupada mirando al piso, pensando en cosas tan superficiales. Pero cuando te comenzas a adentrar en vos, cuando llegas a la angustia irremediable que no te deja dormir. Pones esa mirada, y puedo verte por dentro. Como si fueras una casa que abre finalmente sus ventanas. Y empiezo a pispear entre las persianas y veo todo tan roto adentro. Pero abris tu puerta y me dejas entrar, e intento arreglarte. Unir tus partes. Pero en un instante se me desarman entre los dedos, porque no son mías. Y me decís, que ya hice lo que nadie nunca hizo , entrar.

Tiempo. Que falta, que sobra. Que atormenta, que es rápido, que es lento. Que existe, que no. En la mente y en él cuerpo. Que desordena y ordena. Que te atrapa. Que te vuelve un cuadrado en él sistema. Que fluye, que se estanca. Que me absorbe en la arena. Que estira sus cuerdas. Y las ata a mi cuello. Hasta dejarme sin aliento. Sin vida.

Él amor es algo tan efímero. Basta un segundo para que desaparezca. Y otro para dejarte vacía. Uno no se cansa de que le rompan él corazón porque solo ama. Y piensa que con su amor alcanza. Hace todo por salvar algo que hace mucho se perdió. Él amor . Que palabra tan absurda. Que estúpido sentimiento que nos arrasa dejándonos al final siempre solos.

No es que muera de amor, muero de ti. Muero de ti, amor, de amor de ti, de urgencia mía de mi piel de ti, de mi alma, de ti y de mi boca y del insoportable que yo soy sin ti.  Muero de ti y de mi, muero de ambos , de nosotros, de ese, desgarrado, partido, me muero, te muero, lo morimos. Morimos en mi cuarto en que estoy solo, en mi cama en que faltas, en la calle donde mi brazo va vacío, en el cine y los parques, los tranvías, los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza y mi mano tu mano y todo yo te sé como yo mismo. Morimos en el sitio que le he prestado al aire para que estés fuera de mí, y en el lugar en que el aire se acaba cuando te echo mi piel encima y nos conocemos en nosotros, separados del mundo, dichosa, penetrada, y cierto , interminable. Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos entre los dos, ahora, separados, del uno al otro, diariamente, cayéndonos en múltiples estatuas, en gestos que no vemos, en nuestras manos que nos necesitan. Nos morimos, amor, muero en

Compañera usted sabe puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo Si alguna vez advierte que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos no alerte sus fusiles ni piense qué delirio a pesar de la veta o tal vez porque existe usted puede contar conmigo Si otras veces me encuentra huraño sin motivo no piense qué flojera igual puede contar conmigo pero hagamos un trato yo quisiera contar con usted  Es tan lindo saber que usted existe uno se siente vivo y cuando digo esto  quiero decir contar aunque sea hasta dos aunque sea hasta cinco no ya para que acuda presurosa en mi auxilio sino para saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo.

Y capaz seas vos , la excusa perfecta. Para escaparme de una vez por todas de mis mentiras. De mi pasado. Y capaz seas vos, la razón para cambiar, la excepción de las excepciones. Tal vez , sos la primera en mi vida, y el resto solo fue, un complemento para llegar a vos. Las bandas de telón, alguna obra secundaria que esperaba a la principal. Quizás pensas que solo estoy diciendo estupideces .Pero para mi, sos mi razón para ser mejor. Me cambias en tantos sentidos, no quiero ( ni puedo) engañarte. Sabes tocarme el alma con solo mirarme. ¿ Como podría intentar mentirte a vos?

Que insoportable pensar que una persona puede llevarse todo de nosotros en un instante. Como si nada. Puede arrancarnos de nosotros mismos y cambiarnos de esa manera. Una especie de metamorfosis que ejerce un efecto espiral y nos abandona en pleno campo de batalla. Dejándonos solos, a la intemperie. Vulnerables ante sus efectos, esa magia oscura que opera y hace que titubemos y nos equivoquemos. Como tontos que experimentan algo por primera vez. Y eso hizo ella, apareció y se llevó todo. Sin pensarlo, ¡hasta mi alma se llevó! Y en cambio, me dejó todo lo suyo, diciendo que cuide cada pieza. No dude en preguntarle porque lo hacía. Me miró con sus ojos marrones, casi negros parecidos a la noche, pero más hermosos. Porque te amo respondió.

Es difícil describirte, porque sos mucho más de lo que escribo. Como les cuento tu forma de reír, tan particular, tapándote la boca y mordiéndote los labios. Como les cuento que cuando sonreís, él mundo se detiene. Como si no hubiera nadie, mas que dos lenguas abrazándose y mi corazón acelerado. Como les puedo contar tus manías y ritos, de tus miedos y fobias. Como les explico que te amo mas del ego que presumís que tenes. Que te pienso al no pensarte. Que generas algo en cada persona que miras, que ningún poeta podría describirte, porque sos mucho más que palabras.

¿Cual es el punto del amor? Me pregunta imparcialmente. Como si tuviera que haber un punto exacto, como si no fuera tan sólo una infinidad de momentos que nos llevan a diferentes puntos. Debora seguía sin entender, y me miraba exigiendo una respuesta. Por lo cual le respondí que el punto del amor era el lunar que tenía del lado derecho de su boca.