Desnuda. Y no de ropa, sino de alma. Me arrancas la piel, a pedazos cuando vas entrando en mi. Es como si pudieras ver a través de mi. Como si realmente ahora estuviera indefensa, vulnerable ante tu risa, tu llanto, tu forma de mirarme. Y siento miedo, si miedo, impotencia. Me da hasta un poco de odio que puedas entrar así como si nada, sin permiso. Porque cuando me miras así, te estoy dando todo. El poder de hacer conmigo lo que quieras. Y no hablo solo de que puedas llegar a romperme el corazón, Débora vos podés llegar a quebrantar cada espacio de mi ser. Vos me arrasaste tan en lo profundo, te me metiste tan adentro que ya sos parte de mi. 

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