¿Porque no?

Obstinada pensé, ¿ porque no? Porque no arriesgarme a saborearte cada día, cada noche. Me encanta sentirte en mi cuerpo. Te siento en la sangre, en la carne misma. Vas entrando de a poco, sigilosa , para que no te oigan, ni se note como te disfruto. Y te miro, y me hundo en tus pensamientos, en tu forma de hablar, en tu risa. Me desvanezco y comienzo a escribir(te) tontas poesías.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Hablarle a la nada

S

Ojala haga frio