Como podés ser tan hija de puta, me dijiste. En esas situaciones, solo agachó la cabeza a objetos que nunca me detuve a contemplar. Como me pudiste haber hecho esto a mi. Por ejemplo el mantel tiene ciertas flores que no están pintadas de la misma forma, algunas están con puntillismo. Sos una forra de mierda. Otras son más irregulares, con cierto aire infantil. No puedo estar más con vos. Y no solo hay flores en el mantel sino teteras, y tazas. La puerta hace un estruendo ensordecedor. Cuando me quedo sola, es más difícil esconderme de mi. Ojalá no la hubiera lastimado. Las flores del mantel ahora cobran un horrible color gris.
Escribo porque amo
Porque cuando escribo Siempre es con la esperanza de que me leas o respondas. Y esa es la verdad de mi poesia. Estas tragicas letras solo nacen de esa pequeña esperanza. Que es su motor y su muerte. Porque se que nunca me lees Pero alli van estas letras ciegas a su suicidio. Ciegas por amor y dolor. Pero sobre todo por amor. Escribir esto Es mi muerte dulce y triste. Mi camino hacia el abismo Contemplando el paisaje.
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