Que dichoso es observarte dormida. Mientras vas suspirando entre sueños, mientras vas recitando palabras que apenas se te entienden. 
Tal vez ya he escrito un millón de veces sobre vos, pero si tan solo te vieran. Si tan solo se dieran cuenta que cada movimiento que haces, que cada vez que abrís los ojos, es un verso que se le escapa a los poetas. Que los lápices, que las hojas tan solo se inventaron para plasmarte. Que la calidez que irradia el aire que exhalas es como una noche de verano.
Tal vez ya he escrito un millón de veces sobre vos, pero lo cursi siempre me queda corto, 
cuando te hago poesía.

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